lunes, 9 de noviembre de 2015

Un poco bajonera (y alguna alegría)

Qué triste y abandonado tengo esto, lo sé... Ando por otros mundos blogueros alternativos y a veces no tengo las ganas suficientes de explayarme por aquí. Entre mi última entrada y ésta que escribo ahora han pasado cosas tan importantes como que mahn ha quedado finalista en el Premio Herralde de Novela con una historia que va a dar de qué hablar. Con esa excusa ha vuelto a España, pero se marcha mañana, por lo que mi gozo ha durado poco más de una semana. Otras cosas son menos alegres: esto de la Educación se nos va de las manos y llevo varios días llegando a casa con una sensación horrible de que no valgo para esto y me dan ganas de tirar la toalla. Sí, soy una cobarde. Sólo quiero que llegue el 11 de enero y largarme toda una evaluación a EE.UU. con mahn, ver nevar, leer (si mis ojos me lo permiten, que ésa es otra que ahora les contaré) y practicar el maldito inglés.

Lo de los ojos es que tiene guasa. Creo que estoy somatizando mis preocupaciones en ellos. Hemos pasado de las contracturas en cuello y espalda (ya no caben más), a los brazos (que aún colean y colearán) y, por último, a lo que más necesito en esta vida: ver. Porque yo soy muy de lo visual: leer, ver series, películas, admirar fotos de Paul Newman, David Gandy o cualquier otro maromo. Y, por supuesto, ver a mahn a través de Skype cada día aunque sea sólo una vez, mientras él desayuna y yo como. 

Y así están las cosas hasta nuevo aviso.